El Sábado Ramblero llena de color
las calles de Alicante
Miles de alicantinos inundaron el centro de la ciudad con
disfraces que emulaban a personajes como Belén Esteban
JOSÉ ANTONIO CORTÉS

Imagen de la celebración del Carnaval anoche en la
Rambla, que congregó a una multitud de personas
U na vez más las nubes amenazaron ayer con lluvia
a la celebración del Carnaval, un hecho que viene
siendo habitual en los últimos años del Sábado
Ramblero, aunque al cierre de la edición de este
periódico el agua todavía no había
hecho acto de presencia.
Sin
embargo, la fiesta es sólo una vez al año
y miles de alicantinos salieron a la calle ataviados con
sus disfraces para plantarle cara al agua y a lo que hiciese
falta. Fiesta, diversión y despreocupación
mostraron su cara más amable en un desfile de color
y música.
Los
conciertos en la plaza de los Gatos de los grupos Khalv
Kalash, Fuckop Family, Konsumo Respeto y Mugroman, pusieron
el toque musical rockero a la noche alicantina, aunque sólo
condensaban a una parte de la masa de gente que se dejaba
ver en la Rambla, a la espera de que arrancaran las orquestas
algo más ancladas a las canciones comerciales.
Este
año, como en otros, se pudieron ver disfraces de
enfermeras, monjas, militares, indios que hacían
las paces con vaqueros bien armados, piratas y policías.
Aquellos que tuvieron más tiempo para preparar la
cita también deslumbraron con trajes de época
que parecían reales.
A
la fiesta no faltaron los que en un alarde de diferenciarse
del resto o quién sabe si por destacar, bajaron a
la Rambla como fichas del ya antiguo videojuego «Tetris»,
muy juntas.
Otros,
muy precavidos, aprovecharon sus disfraces de cartas de
póker para poder jugar una partidita si la música
fallaba. Los más vagos optaron por pintarse la cara.
En la dimensión de la parodia y la farándula,
hay personas que eligieron ponerse un body rosa, para emular
a Madonna o a Belén Esteban en su espectacular aparición
en el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Para gustos, colores.
Los
niños también disfrutaron de la fiesta, aunque
más temprano que los mayores. Sobre las seis de la
tarde los más pequeños desfilaban desde la
Plaza de Toros hasta las Plaza de San Cristóbal,
donde los bollos, las «chuches» y la tradicional
chocolatada les esperaban.

De la mano iban los padres, muy formales, deseando probablemente
que finalizase la minifiesta para dejar a los niños
con los abuelos, enfundarse en sus disfraces y salir a disfrutar
del Carnaval.
Imaginación
no les faltó. Piratas, osos, diablos, tigres, mosqueteros,
superhéroes, muchos curas y un largo etcétera.
Cientos de pequeños dejaron atrás el colegio
y la vida diaria para viajar por un rato a un mundo de fantasía,
de zancudos, globos y colores, una frescura que se respiraba
en plena calle ante un desfile repleto de música.
Disfrazados,
listos... ¿Ya!
EVA M. LAHOZ/ALICANTE/La Verdad
Miles
de alicantinos disfrutaron ayer del día grande del
Carnaval 2007, con actividades y celebraciones en las que
todos, niños, jóvenes y adultos, tuvieron
su momento de fiesta desde las 12.00 de la mañana,
hasta bien entrada la noche.
El
pasacalles de los Amics d'En Romeu amenizó la mañana
a los que paseaban por la plaza del Mercado y los alrededores,
como una forma de despertar a los alicantinos para la fiesta
y hacerles saber que ayer era un día para pasarlo
en la calle, con la familia y amigos, disfrutando del espléndido
sol con el que amaneció la ciudad.
Rezagados
No
se hicieron de rogar. Parece que a muchos, el toque de queda
les hizo recordar que aún no tenían el disfraz
preparado y corrieron a las tiendas para comprarlo. Establecimientos
como Mundifiesta o Don Dino no daban abasto para atender
a todos los clientes que preguntaban por la «peluca
de gheisa», la «espada de mosquetero»
o el disfraz de «pirata», agotado desde hace
días porque es el que más tirón ha
tenido este año.
«Yo
quería algo original y hacérmelo yo misma,
pero, como siempre lo dejo todo para el final, me tendré
que conformar con un disfraz más típico»,
dice Ana Matos mientras se decide entre un traje de india
y otro de bruja seductora.
«No
nos disfrazamos nunca, pero este año el niño
se ha empeñado en que quiere ir de mosquetero y aquí
estamos buscando la espada», comenta, resignado, Mario
Pontes.
Ya
desde por la mañana queda claro que el Carnaval no
tiene edad. En las filas interminables de las tiendas de
disfraces se alternan familias con niños y grupos
de jóvenes.
Tampoco
los disfraces varían mucho, la mayoría se
venden en tallas grandes y pequeñas, con apenas algunos
matices. Por ejemplo, se puede adquirir el disfraz de brujita
(en varios modelos) para las peques y adultas pero el de
bruja sexy es, como es lógico, sólo para estas
últimas.
Después
de aprovisionarse con los trajes y complementos, llega la
hora de lucirlos.
Los
niños desfilan
Los
primeros en hacerlo son los niños, que salen en pasacalles
a las 18.00 horas desde la Plaza de Toros hasta la de San
Cristóbal, acompañados por charangas que animan
el recorrido y por sus orgullosos padres, algunos de ellos
también disfrazados.
«Como
no podemos ir a la fiesta de los mayores porque tenemos
que cuidar de los niños, pues nos unimos a la suya»,
dice Marta, mamá de dos pequeños de 3 y 7
años. Ellos van disfrazados de Mickey Mouse y ella
de Minie. Su marido, Ángel, no se ha unido al grupo.
«A mí es que esto de los disfraces no me va...
pero me encanta verlos disfrazados a ellos», explica.
Hay
también un grupo grande de amigos con sus hijos,
vestidos todos, grandes y pequeños, de pollito: «Hemos
pensado que, ya que los traemos a ellos disfrazados, nos
disfrazamos nosotros también», comentan.
Terminado
el recorrido, llega el pregón infantil y tras él
empieza la verdadera fiesta para los más pequeños,
con música y payasos en la plaza de San Cristóbal
y en toda la Rambla, que sobre las 19.00 horas está
repleta de princesas, pollitos, elefantes, tigres, abejitas,
payasitos, vaqueros, piratas... Mil y un niños y
mil y un disfraces, comprados o de fabricación casera
se concentran en ambos escenarios.
En
el medio de la Rambla, la organización dispone una
especie de pasarela por la que suben por turnos todos los
pequeños para ser admirados y tener su minuto de
gloria.
Los
hay tan pequeños que apenas se enteran de lo que
está pasando, como Jesús, de 9 meses, disfrazado
de cebra, que duerme plácidamente en el cochecito
a pesar del bullicio.
Otros,
más mayores, disfrutan al máximo de la tarde
festiva, exhibiendo sus vestidos y pidiendo a sus papás
globos o chucherías que no les niegan. No hay duda
de que son los protagonistas y el centro de todos los flashes
y las miradas.
La
fiesta es un ejemplo también de la ciudad multirracial
que es Alicante. En un momento dado, sube a la pasarela
una niña asiática con un traje de flamenca.
Debajo, otra pequeña española la observa atentamente...
va disfrazada de china.
Mohamed
y Fatma, marroquíes, también han llevado a
sus tres hijos, aunque no están disfrazados. Tampoco
los gemelos de Sucia, polaca, porque «no me había
enterado de que hacían esto en la Rambla, estamos
aquí de casualidad», comenta. Eso no es impedimento,
en ningún caso, para disfrutar de la tarde, rodeados
por niños de tantas nacionalidades como conviven
en Alicante.
Fiestas
para adultos
Poco
a poco los pequeños y sus padres fueron abandonando
la Rambla, exhaustos después del paseo y de los bailes,
pero la verbena continuó a las 20.00 horas en la
plaza de San Cristóbal y en el Mercado Central comenzó
otra, el Carnaval Desperta. A ella se fueron sumando los
jóvenes, ataviados con disfraces de lo más
variopinto, por grupos o de forma individual.
Por
la noche, a las 23.00 horas, llegó el momento más
esperado por todos, el Sábado Ramblero, una tradición
que en pocos años se ha convertido en una de las
más multitudinarias de la ciudad de Alicante. Pocos
jóvenes y no tan jóvenes habría ayer
a esas horas en sus casas. Les esperaba una noche muy larga,
amenizada por cuatro orquestas, Ciudad de Alicante, Platino,
Metro e Ibiza, hasta las 04.30 horas de la madrugada.
Aunque
la fiesta no sólo estaba allí, sino que se
prolongó por los bares y discotecas que estaban abarrotados
de mujeres disfrazadas de policías, de enfermeras,
de monjas e indias y hombres vestidos de mujer, vaquero
y, como no, pirata.
El
traje de pirata ha sido el más demandado por todas
las edades
E.
M. L./ALICANTE
Al margen de los clásicos, esto es: brujas, princesas,
hadas, payasos, indios, chinos y policías entre otros,
cada año se pone de moda un disfraz, ese disfraz
estrella que todos quieren y siempre se agota los primeros
días... Y este año ha sido el de pirata, debido
al éxito de la película Piratas del Caribe
y su segunda entrega.
El
cine y la televisión americanos siempre han marcado
tendencias en la forma de vestir y expresarse de los que
están bajos sus influjos, es decir, casi todo el
planeta. En Carnaval, fechas en las que muchos niños
y mayores se disfrazan de sus héroes, no podía
dejar de sentirse esta influencia.
«Lleva
agotado varios días, aquí y en todo Alicante»,
explica María del Carmen, dueña de la tienda
Mundifiesta, en la plaza de Luceros, una de las de mayor
tradición. Ayer a mediodía, cerca de 50 personas
esperaban pacientes para entrar en ella. Los precavidos
en busca del complemento perfecto para un disfraz ya comprado
y los rezagados para encontrar alguna joya en el último
momento.
«Hoy es el día más fuerte, hay mucha
gente que no tiene pensado salir pero al final se anima
y viene toda de golpe», explica la dueña.
El
encargado de la juguetería Don Dino, Miguel Sánchez
explica que tienen un surtido de 100 disfraces para niños
y otros 100 para adultos y que habrán vendido «unos
3.000» este año. Coincide en que la estrella
han sido los de pirata, aunque «siempre están
los clásicos de hada, princesa, bruja y demonio que
no fallan»
El
sábado ramblero enmascara Alicante
JAVIER
SEGUÍ/ ALICANTE/Las Provincias
Miles de personas de la provincia se reúnen en la
ciudad para exhibir sus disfraces más originales
las calles de Alicante se llenaron ayer de colorido a pesar
de la constante amenaza de lluvia. Miles de personas, con
disfraces de lo más variado, se congregaron en el
centro y los barrios de la ciudad para disfrutar del carnaval.
La jornada del sábado ramblero se inició por
la mañana con el pasacalles a cargo de Els amics
dEn Romeu, por el entorno del Mercado Central. La
grey infantil disfrutó de los nanos y chagants que
dieron una nota de color a la calurosa mañana.

Un
hombre disfrazado de novia el día de su boda, en
la noche de ayer.
A
media tarde, desde la plaza de toros comenzó el pasacalles
infantil que discurrió por Alfonso el Sabio hasta
la plaza de San Cristóbal, acompañados por
música de charangas. Con cientos de niños
disfrazados con sus personajes preferidos y la alegría
obvia de una tarde carnavalera, comenzó el pregón
infantil.
La
verbena de carnaval para los más pequeños
comenzó a las ocho de la tarde en la plaza de San
Cristóbal. La variedad de disfraces era muy amplia
y original: desde gatas, piratas, brujas, princesas, gladiadores,
payasos y todos los personajes de la actualidad infantil.
La
verbena de San Cristóbal y Plaza del Mercado fue
cambiando de público infantil por adulto a medida
que se acercaba la noche.
El
sábado ramblero fue tomando forma, se encendía
la iluminación y por cada calle de la ciudad había
grupos de personas disfrazadas camino de las celebraciones.
La
Rambla de Méndez Núñez presentaba una
gran ambiente. El Ayuntamiento instaló dos grandes
escenarios, uno a la altura del Portal de Elche y otro frente
al Banco de España. A la hora prevista, comenzó
la verbena, amenizada por las orquesta Ciudad de Alicante,
Platino, Metro e Ibiza, que con una gran puesta en escena
dieron mucha marcha al ambiente hasta las 4,30 horas.
En
el centro de la Rambla, junto a una monumental barra, se
instaló una gran pasarela para que todo el que lo
deseará pudiera lucir su disfraz. Los disfraces más
clásicos como bruja, payaso o personal médico
no faltaron, pero este año se vieron muchos disfraces
de Isabel Pantoja y Julián Muñoz, también
alegorías a la operación Malaya de Marbella
y al mundo del corazón.
Este
año se puso de moda los disfraces colectivos con
puesta en escena en cualquier lugar. No faltaron las monjas
y una referencia a la actualidad política nacional.
El
buen humor fue el protagonista de la noche en un sábado
ramblero mágico que no entiende de colores, ni de
razas, sólo de gente con ganas de divertirse y con
el anonimato pasa un rato agradable dejando atrás
todos los problemas cotidianos.
Muchas
comisiones de hogueras organizaron a lo largo del día
de ayer numerosos actos de carnaval. Carolinas Altas realizó
una fiesta infantil donde todos los niños de barrio
desfilaron en una improvisada pasarela en la calle Doctor
Buades.
La
hoguera de Gran Vía Garbinet desfiló por sus
calles con mucha gente disfrazada que se unían a
su paso. Un taller de antifaz fue la actividad que los niños
de la hoguera Sant Blai La Torreta disfrutaron en su racó,
demostrando sus dotes artísticas. Por la tarde esta
comisión celebró una gran fiesta de disfraces
con antifaz. En la hoguera San Nicolau de Bari Benisaudet
fue también todo un éxito de participación,
la calle Tibi presentaba un aspecto realmente carnavalero.
Otras
hogueras
La hoguera Altozano celebró en el racó de
su hoguera, situado en el Pasaje de Bañuls, una gran
concentración de disfraces con un gran derroche de
imaginación. Hoy está previsto que las hogueras
de Plaza de Gabriel Miro y San Blas tenga una gran fiesta
de carnaval.
Fueron
miles de personas las que se desplazaron desde distintos
puntos de la provincia de Alicante para vivir el sábado
ramblero. En las afueras de la ciudad se podían ver
cientos de autobuses a la espera de sus variopintos pasajeros.
El
servicio de trenes especiales funcionó con gran afluencia
de jóvenes, que decidieron utilizar este medio de
transporte. Del mismo modo ocurrió con los autobuses
programados durante toda la noche para la comarca de LAlacantí.
Los controles policiales estuvieron presentes para garantizar
la seguridad de los conductores.
La
verbena se prolongó hasta las 4,30 de la mañana,
hora en la que se inició la marcha hasta los locales
del casco antiguo y los establecimientos de ocio de la zona
del puerto.