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SÁBADO-
Pregón
y Carnaval Infantil:

* A las 1730 horas, "Pasacalles infantil",
desde la Plaza de Toros, por la calle Calderón, Alfonso
el Sabio, Avenida de la Constitución, Duque de Zaragoza
y plaza de San Cristóbal, acompañados por
charangas.
* A las 18,00 horas, Pregón infantil,
en la plaza de San Cristóbal.
* A las 18,15 horas Carnaval infantil,

Animación, baile, reparto de turutas y chocolate
para todos.
La tarde del «Sábado ramblero» no defraudó.
Era el momento de los más pequeños que, sobre
las cinco de la tarde se divirtieron desfilando en el pasacalles
infantil que acompañaron las charangas desde la Plaza
de Toros, pasando Alfonso El Sabio, Avenida de la Constitución
y Duque de Zaragoza, hasta finalizar en la plaza de San
Cristóbal engalanado para el «pregón
infantil». Animaciones, baile, reparto de turutas,
chocolate y talleres carnavaleros, que se realizaron además
en la Plaza Nueva, amenizaron a los niños, a pesar
de la pesada lluvia, que este año despuntaron con
disfraces de los Lunnis, los Increíbles y los que
emulando a los cuentos de hadas, representaban al Príncipe
Felipe y a la Princesa Letizia Ortiz.
* Simultáneamente, en laPlaza Nueva, animación
y talleres.
Los niños pudieron disfrutar porque la lluvia no
hizo acto de presencia,
aunque la tarde refrescaba.
Sábado
Ramblero
*
Desde las 20 horas, en la Plaza de San Cristóbal,
Verbenas Carnaval Desperta.
* A partir de las 23´00 horas, Verbena del SÁBADO
RAMBLERO, que fue amenizada por grandes orquestas, en la
Rambla de Méndez Núñez.
La
lluvia se sumó a las Verbenas y Bailes de Carnaval
en la Rambla
Nunca llueve a gusto de todos y ayer menos
todavía.
Después de muchas semanas de sequía, las blancas
nubes de febrero quisieron participar también del
carnaval y decidieron disfrazarse de tormenta, descargando
agua con intensidad durante buena parte del Sábado
Ramblero, el día grande de la fiesta de los locos
alicantina. A pesar de ello, miles de personas no renunciaron
a celebrar a Don Carnal y desafiaron a la lluvia ataviados
de los disfraces más originales. La Rambla y las
calles adyacentes se convirtieron en un bullicio de personajes
variopintos. Unos exhibían sus trajes y maquillajes
más lujosos, ciertamente deslucidos por el agua;
otros había echado mano de un trozo de tela y unas
tijeras para confeccionarse unos disfraces más originales,
pero menos suntuosos. No eran pocos los que ocultaban sus
rostros tras las clásicas máscaras de goma.
La mayoría, eso sí, lucía coloridos
paraguas como complemento del disfraz.
La
fiesta comenzó por la tarde para los más pequeños
con el pasacalles infantil que discurrió desde la
Plaza de Toros hasta la de San Cristobal, donde tuvo lugar
el pregón infantil y, más tarde, el reparto
de turutas, chocolate para todos, animación y baile.
Los niños pudieron disfrutar porque la lluvia no
hizo acto de presencia, aunque la tarde refrescaba. Los
mayores, por su parte, pudieron calentar un poco los cuerpos
con las tazas de chocolate, lo que no vino nada mal.
A
partir de los ocho de la tarde comenzó la fiesta
para los mayores con una verbena en la Plaza de San Cristobal
y tres horas después, con el personal bastante empapado
por el agua, se dio el pistoletazo de salida a la fiesta
grande con el Sábado Ramblero. Al ritmo de salsa,
merengue, pasadoble y otras coplas ofrecidas por varias
orquestas, los valientes desafiaron al líquido elemento
para bailar, beber, reírse y disfrutar hasta altas
horas de la madrugada.
Paralelamente
a esta celebración oficial, numerosas hogueras y
comisiones organizaron a lo largo
de toda la ciudad fiestas de disfraces para los comisionados
más pequeños.
La lluvia tempranera no enturbió la presencia
de las miles de personas que anoche adoraban a Don Carnal
para no desfilar pasados por agua, por las calles de Alicante
en la esperada fiesta del «Sábado ramblero».
A pesar de ello, el ambiente tuvo momentos caldeados tras
varias semanas de heladas temperaturas y vientos nada piadosos.
El frío febrero no amedrentó
a los audaces que salieron a celebrar desde bien temprano,
sobre las diez de la noche, el colorido y desenfrenado Carnaval
2005, animado por las orquestas de la Rambla de Méndez
Núñez.
A los clásicos disfraces de cavernícolas,
gangsters, superhéroes de todos los tiempos y travestidos,
se unieron los que este año se han puesto de moda.
En el año de Don Quijote no podían faltar
los que en su amor literario representaban al hidalgo de
la triste figura y su fiel Sancho Panza, eso sí,
sin el jamelgo Rocinante que se hubiese exaltado por las
hordas de diablos que, por una noche, reinaban en las calles.
Algunos le dieron muchas vueltas a la cabeza para celebrar
la ocasión tan especial. Así, se pudo ver
a varios san fermines corriendo delante de un carro disfrazado
de toro. Ni si quiera se ausentaron los que en la burla
de lo absurdo y entre el fulgor de los brindis de licor
alcoyano y otros productos con similares consecuencias,
representaban al presidente Zapatero a gritos de «talante,
talante».
Para que el frío no representase un problema, pícaras
enfermeras y peligrosas vampiresas, ataviadas con deslumbrantes
escotes, subían la líbido y el color de los
que valientemente se aventuraban con pocos trapos y mucha
candidez a empaparse del sonido de la música y el
abarrotamiento de los locales.
Y después cayó la noche, las calles se pintaron
de demonios y fantasmas, de travestidos y prostitutas, de
vikingos y doncellas que no dudaron prestarse al orquestado
desfile de la atestada Rambla de Méndez Núñez
para pasearse en la alocada pasarela de la verbena del «Sábado
ramblero», participando en el concurso al mejor disfraz
con premios para grupos, parejas e indiviuduales.
Ahora sólo queda un año para pensar en el
disfraz del Carnaval 2006