EL
DEBATE DEL URBANISMO
El líder del PSPV apuesta por desarrollar la zona «segmentando»
el proyecto urbanístico e incluyéndolo en el planeamiento
general P. ROSTOLL
n apenas cinco minutos de declaraciones, el candidato del PSPV a la
Generalitat, Joan?Ignasi Pla, sembró ayer el desconcierto en
Alicante tanto entre los cargos y militantes socialistas como en sus
posibles socios de gobierno al tiempo que, de paso, provocó
el asombro en el PP después de apostar ahora por «redefinir
y reconducir» el plan Rabasa. El líder de los socialistas
valencianos se mostró ayer partidario, durante una visita al
barrio de La Florida, de desarrollar el suelo de Rabasa «segmentándolo»
en varios proyectos aunque dentro del plan general, con una reducción
sustancial de viviendas y «dando prioridad» a casas con
«precio asequible» y a los espacios verdes.
La intervención
de Pla, que se produjo sin que ningún periodista preguntara
de forma explícita sobre el plan adjudicado al constructor
Enrique Ortiz, se produce apenas un año después de
que la cúpula del PSPV, con el propio secretario general
tildando el proyecto de «inviable», obligara a sus ediles
en Alicante a rechazar un proyecto, que avalaron inicialmente, lo
que que originó una grave crisis interna con la dimisión
de Juan Antonio Román como secretario general, primero; y
la destitución de Blas Bernal como portavoz, después.
En presencia
de la alcaldable, Etelvina Andreu, el aspirante al Consell dejó
claro que, si llega al Gobierno, tiene la intención de «reconsiderar
y redefinir» el proyecto porque, dijo, una de las apuestas
«principales» de su ejecutivo será resolver la
demanda de viviendas de fácil acceso para los ciudadanos.
«Puede ser bueno -el plan Rabasa- para Alicante, si se hace
bien porque hay una demanda de pisos protegidos a la que vamos a
dar prioridad y resolver, así, un problema que ha generado
el PP», apuntó el líder socialista que garantizó
que, al menos, la mitad de los pisos que se construyan serán
de VPO. Pla obvió que de las 15.278 viviendas proyectadas
por Enrique Ortiz en el actual plan, más de la mitad, sobre
ocho mil, como se recordará, ya figuran como protegidas.
Sin aludir
en ningún momento a una retirada del PAI, el dirigente del
PSPV sacó a relucir, para justificar este giro en su postura,
la lista con más de ocho mil peticiones -investigada actualmente
por la Agencia de Protección de Datos- que, en su día,
Enrique Ortiz promovió para rebatir a los críticos
con el proyecto. «Estoy convencido de que puede ser un buen
proyecto, si se hace bien. Porque Alicante tiene un problema clarísimo
ya que en la propia iniciativa del actual plan hubo 8.000 peticiones
de ciudadanos que querían una vivienda protegida»,
apuntó el líder de los socialistas valencianos que
tampoco citó la negativa de la Confederación Hidrográfica
del Júcar a la macrourbanización por falta de agua.
Eso sí,
en ningún caso, esa nueva propuesta de urbanización
para Rabasa contemplaría las 15.000 viviendas ahora previstas
-«serían menos», subrayó- y estaría
dividida en varios proyectos incluidos en el planeamiento general
de la ciudad no al margen, como ahora. «No se puede plantear
una nueva ciudad en una actuación única y exclusiva.
Tiene que plantearse de manera segmentada, ofrecer como prioridad
la VPO y con respeto a su entorno, algo que nadie ha demostrado
que se respete con el actual programa de actuación»,
aseveró.
Incluso,
el secretario general del PSPV fue más allá y, desde
un planteamiento de evitar la «destrucción del territorio»,
hizo un guiño a los empresarios de la construcción,
alertados desde hace meses por el PP contra los efectos en el ladrillo
de un tripartito de izquierdas y nacionalista. «A partir de
ahí podemos hacer muchas cosas con la iniciativa privada
y, en un momento de ralentización en la vivienda residencial,
creo que deben volcarse en la VPO. Saben los promotores que ese
es el espacio para mantener la actividad del sector», dijo.
Sabedor,
quizá, de la repercusión de su intervención,
Pla también se empleó a fondo para rechazar el actual
proyecto. El secretario general del PSPV, que recordó el
voto negativo de sus ediles pero no hizo referencia al respaldo
inicial de los concejales al proyecto adjudicado a Ortiz, en cualquier
caso, garantizó que este «replanteamiento» implicará,
de forma obligatoria, «respeto» a la sostenibilidad
y «no destrozar» el territorio. «Hay un proceso
de aprobación de un plan Rabasa, que fue votado en contra
por nuestro grupo, porque la concepción, el diseño
y la ejecución no responde a la posición del PSPV.?Nosotros
tenemos que reconsiderarlo y redefinirlo -insistió- con criterios
de sostenibilidad y dando prioridad a la vivienda protegida».
«Tal cual está no lo vamos a aprobar, que lo tengan
claro», apostilló Pla que se mostró convencido
de que el proyecto no tendrá el visto bueno de Territorio
en lo que resta del mandato en la Generalitat y que lo gestionará
Etelvina Andreu a la que se dirigió con la mirada, para darle
paso, aseverando que «estamos en completa sintonía».
La alcaldable
habló de la necesidad de vivienda asequible pero evitó
zambullirse en el charco de Rabasa. A partir de ahí, todo
fueron llamadas de teléfono, idas y venidas y conversaciones
para intentar matizar y rebajar el impacto de la intervención
de Pla haciendo hincapié en que el nuevo proyecto estaría
dentro del plan general o en la prioridad para la vivienda protegida.
Entre los dirigentes del socialismo alicantino cundió el
desánimo por unas declaraciones que devuelven a la formación
al debate interno y a los mismos enfrentamientos con sectores sociales
de hace un año.
El mismo
desconcierto que la intervención del líder socialista
causó en su partido originó en los cuarteles generales
de las formaciones que pueden ser socias de Pla en el Consell, la
administración que tiene la última palabra sobre política
urbanística y aprobación de planes. El alcaldable
de EU, José Antonio Fernández Cabello, volvió
a rechazar el proyecto y criticó a Pla porque con «sus
continuos cambios de postura se sitúa al nivel del PP que
siempre ha justificado el citado plan por la VPO». Antoni
Arques, del Bloc, lamentó el «giro» de Pla y
criticó que «la política del PSPV en este asunto
sopla a favor del urbanismo del PP». También Vecinos
por Alicante cargó contra los socialistas.
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