Estimado
Joan Ignasi Pla : si leyeras habitualmente la prensa alicantina sabrías
que quien habla del Plan Rabassa y no es está frontalmente
en contra, sale quemado; algunos miembros de tu partido pueden contártelo.
Y eso, me parece, ha estado a punto de pasarte a ti. Honestamente,
tras indagar, hasta donde he podido, las circunstancias de tus declaraciones,
creo que las cosas se han malinterpretado y que, de verdad, estás
contra el maldito Plan. Lo que pasa es que algunos ciudadanos llevamos
suficientes meses en una barricada como para no estar a la que cae.
Y hasta con un cierto mal humor. Creo que lo entenderás. Como
nosotros tenemos que entender que un fallo así en Valencia
no lo hubieras cometido. Lo que no nos consuela del todo.
Pero,
por si acaso, bastaría con que tú y Etelvina Andreu
dijérais por una sola vez -o, mejor, en cada circunstancia
posible- que exigís la retirada del Plan Rabassa. Así,
sin más, sin matices tercos que pueden enredarse en las palabras.
Así: como se deduce del dictamen de la Sindicatura de Greuges.
De verdad, creednos, ese hecho no os iba a quitar ni un solo voto.
Al revés, lo que os ha quitado votos son las dudas arrastradas
por meses, las tabernarias disputas allí donde no triunfó
la razón. Y es que si no os apuntáis a este carro,
el que más desgasta al PP, como realidad y como símbolo,
poca credibilidad vais a atesorar. Si no confrontáis en esto
¿en qué vais a confrontar
O sea:
retirada del Plan Rabassa. ¿Y después Después
ya veremos. Después, confiemos, habrás ganado las
Elecciones y habrá un urbanismo decente. Y en Alicante ya
no estará Alperi paseando en barco con Ortiz . ¿Es
que estamos contra el mercado No, hombre, no: precisamente lo que
estamos es contra el monopolio y el todo-vale. Y por eso, alguna
gente, confía en que vosotros seáis distintos. Y después
hará falta un nuevo PGOU. Y todo lo que tenga que venir.
Que no pasa por «redefinir» lo que hay. Y que no pasa
por un genérico «más zonas verdes» ni
por juntar muchas viviendas de protección oficial. Sino por
ordenar toda la ciudad. Sólo entonces, por favor, hablemos
de «segmentar», construir VPO, etc. Sólo entonces
la sostenibilidad tendrá alguna posibilidad de encarnarse
en la realidad y abandonando el dudoso honor de ser slogan publicitario-electoral.
Y todo
lo demás -incluido este pequeño error - es hacerle
el juego al PP de aquí, en la segunda ciudad de la Comunidad
Valenciana: es caer en la trampa de aceptar la extorsión
de unos pocos sobre el poder político democrático
usando de las necesidades humanas básicas. Empezando, por
ejemplo, por esa fantasmagórica oficina de promoción
de las viviendas del Plan Rabassa, actuación, por cierto,
a la que ha abierto un expediente la Agencia de Protección
de Datos.
Y con
esto, espero, esperamos, se acaba la tormenta en vaso de agua. Entre
otras cosas porque los que hemos estado desde siempre de verdad
contra el Plan Rabasa estamos fuertemente convencidos de que vamos
a ganar, que el Plan Rabassa se va a parar. Me parece, humildemente,
que tu candidatura sólo puede triunfar si propagas la esperanza
y, desde luego, un malentendido no nos va a quitar la esperanza.
Ni aunque sea martes y trece y víspera de Carnavales.
Y por
si acaso: stop al Plan Rabassa.
Manuel
Alcaraz Ramos es portavoz de la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas
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